sábado, 29 de noviembre de 2008

Crisis Mundial

Entrevista a Daniel Willington “el cordobés”
(Primera parte)


Filósofo santafesino (cordobés por adopción) dio cátedra para multitudes en la década del ’60 y principios de los ’70. Pensador y ejecutor genial del pensamiento estratégico, maestro de la distracción para el cambio de frente o la estocada vertical y profunda. Acusado de “lagunero” debido a las largas pausas que mediaban entre sus intervenciones, se defendía diciendo: “para pensar hace falta tiempo”. Acusado también de “jugar en las sombras”, respondía con sorna: “es para tener la mente fresca”.Varias veces tapa de la revista de mayor tirada en aquellos años, “El Gráfico”, “el cordobés” esta radicado en la ciudad de Córdoba y visita asiduamente Buenos Aires, en especial el barrio de Liniers donde tiene muchos viejos amigos y admiradores devotos.
Clara Egg Zetkin: ¿Cómo caracteriza esta crisis?
Daniel Willington: Es la típica crisis de sobreproducción del capitalismo pero de carácter doble lo que la hace doblemente peligrosa y augura un futuro tenebroso para trabajadores y pobres, siendo optimista.
C.E.Z.: ¿A que se refiere con “carácter doble”?
D.W.: A l a sobreproducción de mercancías hay que agregar una incalculable sobreproducción de pelotudos a nivel global como jamás se ha registrado en la historia.
C.E.Z.: ¿Podría ser más específico?
D.W.: Si, pero después de la siesta.
Dos horas más tarde Daniel Willington vuelve a la entrevista con una lucidez implacable.
D.W.: La producción de pelotudos en los últimos treinta años supera todo lo imaginable y se hizo exponencial con la caída de la Unión Soviética. Me refiero a las interminables legiones de crédulos que se comieron el verso del fin de las ideologías, de la lucha de clases, de la tendencia a la caída de la tasa de ganancias, de la gambeta, la pared y el pase en profundidad. No estoy hablando, claro, de “los vendedores de humo” que se beneficiaron a lo loco sino de aquellos que lo aspiraron alegremente a boca y pulmones llenos. Lo que hubo fue una derrota a nivel mundial de las clases subalternas lo que posibilitó esta fenomenal ofensiva ideológica de la burguesía cuyo éxito más visible es la dictadura del sentido común. Te doy un ejemplo: se habla de que la crisis financiera puede llegar a la economía “real” como si el capital financiero, predominante en el mundo desde principios del SXX no fuera parte de la economía real. El capital financiero es la economía real, es el capitalismo, ¡tonto!
Un empirismo cerril, berreta, bien o mal disfrazado de “realismo”, difundido a repetición por organismos internacionales, agencias de gobierno, prestigiosas instituciones académicas, fundaciones, medios masivos de comunicación, intelectuales genuflexos, funcionarios “técnicos”, asesores diplomados, escribas bien o mal pagados de la burguesía, “divulgadores”, periodistas engrupidos, todos ellos erigidos en formadores de opinión (nunca mejor dicho opinión, mera Doxa) conforman el Frente Unido por el Sentido Común: la crisis es financiera porque quiebran bancos, llega a la economía real por el salvataje de General Motors y el sol es un disco brillante de 1,50 cm que puede taparse con el pulgar. ¡Ejemplos como este hay millones!
C.E.Z.: Augura Ud. un futuro tenebroso, ¿acaso la crisis no crea la oportunidad?
D.W.: Si, claro, la oportunidad de que nos reempujen las hemorroides hasta que se confundan con las amígdalas. La sobreproducción de pelotudos, como ya dije, afecta fundamentalmente a las clases subalternas, el pelotudismo, enfermedad senil del progresismo, es más peligroso que el sectarismo impotente de los seudo partidos marxistas, por la sencilla razón de que está mucho más difundido. Los trabajadores, los explotados, los oprimidos, están poco menos que indefensos frente a la crisis. ¿Quién te crees que va a pagar esta megatimba globalizada de décadas de creación de “capital ficticio”? Todo este festival de bonos incobrables, títulos sobre títulos, acciones mega infladas, créditos sobre hipotecas sobrevaluadas, se va pagar como siempre: ¡con salario! Más desocupación, despidos preventivos, salarios a la baja, son los reales contribuyentes que pagarán los salvatajes megamillonarios que los Estados tienden a los mismos timberos que se llenaron de guita mientras pedaleaban la crisis capitalista, todo esto, claro, para evitar males mayores.
C.E.Z.: ¿La intervención de los estados, con más control y regulaciones de los mercados financieros, no supone un avance de la política sobre el poder económico?
D.W.: Ese es el lenguaje típico del progrepelotudismo. Los salvatajes los piden las propias empresas y los estados (capitalistas) acuden presurosos. No faltan insidiosos que hablen de “nacionalizaciones” e ignorantes que los sigan, ¡ay! me duele la panza.
Felipe González, campeón de este tipo de discurso, repite otra vez: “regulación + mercado”, “evitemos la sobreregulación” dice el muy cretino, siempre apelando al pusilánime término medio, siempre por el centro. Así nos va evitando los extremos ¡Dale sigamos jugando sin wines! ¡Así de pobre es el espectáculo sin Lenin y sin Garrincha!
C.E.Z.: ¿Qué se puede esperar entonces?
En estas condiciones, la crisis, que será larga y profunda, llevará a más concentración y a la vuelta de este tipo de “intervencionismo estatal”, nos encontraremos con empresas cada vez más monopólicas en condiciones de ejercer “posición dominante” y volver, ni bien pueden, a avanzar sobre las regulaciones estatales. Los estados actúan hoy por temor al “desplome económico”, no por temor a clases subalternas organizadas y amenazantes en pos de imponer sus intereses, lo que llevaría, claro, a otro tipo de intervencionismo: o reformista o militar.
A pesar de la “globalización” los estados siguen siendo vehículos indispensables, como está a la vista, para garantizar la continuidad de los negocios y para dirimir las contradicciones entre los intereses de las grandes corporaciones. A la larga o a la corta esas contradicciones llevarán a la extensión del belicismo. Los “decadentes” USA son largamente, el más poderoso aparato militar que haya existido jamás y sin duda alguna usarán ese poder para mantener sus “decadentes negocios”. El futuro, así como están las cosas, es más guerra. Por más reuniones del G-8, G20 que hagan, para los parias de la tierra serán reuniones del rompe oG-tes.
C.E.Z.: La dimensión, extensión y características de la crisis han puesto de nuevo en el tapete los análisis económicos de K. Marx, ¿qué opina de esto?
D.W.: ¡Era hora m’hijita! Aunque después de escuchar “hablar a los mercados” de bonos y títulos “tóxicos” y “podridos”, de “burbuja” Internet, financiera e inmobiliaria sucesivamente, de fondos “buitres”, de “colocaciones” de riesgo, de “empaquetamiento”, de “títulos derivados”, de crédito “over nigth”, de “efecto palanca” y otras tantas expresiones reveladoras creo que sería suficiente con un “economista lacaniano”.
Disculpá morocha ¿la seguimos otro día? me esperan los muchachos para el “seven o’clock Gancia”.
Continuará...
Clara Egg Zetkin para “El Fortín” periódico barrial de Liniers. 28/11/08

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