lunes, 27 de octubre de 2008

Club Político


Novedades de la Política Argentina

Vicente Palermo
“bolche”


Juan Cruz Vázquez
“transgresor”


Federico Merke
“duro”


José Eliaschev
“combativo”

En lo que parece ser una reedición del histórico Club del Progreso, un grupo de opinadores, periodistas, intelectuales de las “categorías de Ascenso”, escribas pagos y políticos de distinto pelaje, han decidido formar el Club Político.
El Club del Progreso fue fundado en 1852 por Diego de Alvear y Delfín Huergo con el fin de difundir las “ideas de conciliación y tolerancia” y promover “el encuentro de los hombres y las ideas”. En ese mismo año se produjo el debate en la legislatura de Buenos Aires acerca del Acuerdo de San Nicolás que aglutinó por un lado a Vicente F. López, Francisco Pico y José M. Gutiérrez frente a Bartolomé Mitre y Dalmacio Vélez Sarsfield (ya sabemos quién ganó), todos ellos, miembros del Club.



Desde entonces el club se convirtió en un lugar de encuentro de la elite conservadora y liberal de aquellos años. Como nota de color podemos recordar que en sus instalaciones se presentó a cantar Enrico Caruso el 12 de agosto de 1900.
Ciento cincuenta y seis años después nos encontramos con la novedad del Club Político entre cuyos iniciadores se cuentan Vicente Palermo, Federico Merke, Juan Cruz Vázquez, Marcelo Cavarozzi y José “Pepe”Eliaschev.
Con sede en el céntrico Palacio San Miguel y organizado a la manera de “círculo de amigos”, es necesaria la anuencia para ingresar a este club de élite de al menos dos de sus integrantes ya establecidos.
En su documento inicial resumen su ideario básico: “…contribuir a darle densidad política a la nación sin incurrir en el nacionalismo”; “colocar en el centro de la política la idea de ciudadanía en oposición a dos impulsos que la erosionan: la exclusión y el retraimiento”; “…la exclusión desfonda la nación por abajo” “…el retraimiento desfleca a la nación por arriba”.
También definen sus objetivos: “Contribuir a reconstruir el sistema de partidos políticos”; “…mejorar la calidad de la política y los políticos”. “…promover un debate informado y plural” y “…estudios de viabilidad política e institucional”. Todo para lograr “un país más democrático, más prospero, mejor integrado al mundo como lugar de ciudadanos efectivamente libres e iguales”. En fin, nada muy distinto de la vieja utopía liberal en el marco del capitalismo.
Aunque probablemente de sus encuentros surjan ideas y líneas de pensamiento para confrontar con lo que ellos llaman “neonacionalismo” (¿?) (¿Carta Abierta, kirchnerismo?), el carácter amplio de la convocatoria también admite “neonacionalistas” entre sus filas.
En su reunión inaugural a principios de octubre, expuso en primer lugar Hermes Binner seguido luego por un panel integrado por Gabriela Michetti, Federico Pinedo, Patricia Bullrich y Felipe Solá, coordinados por José “Pepe” Eliaschev, el tema: “¿Qué es hacer política en la argentina hoy?”. Es esperable, como se desprende de los contactos obtenidos, la realización de un recital de Fabiana Cantilo que engalane alguna de sus próximas actividades.
Seguramente les aguarda la longevidad y el éxito que la larga lista de emprendimientos similares ha tenido en el país.

Clara Egg Zetkin para “La Protesta” de Barracas al Sur. 27/10/08

viernes, 24 de octubre de 2008

Para alguna gente la vida empieza a los 40




Inscripta en el debate acerca de la legalización del aborto, la eutanasia, el consumo de marihuana y otros temas considerados “ríspidos” para la ortodoxia religiosa, la Iglesia Católica argentina ha lanzado la campaña “Testimonios de vida”. Mediante esta campaña, dirigida en principio a la prensa gráfica, pero que luego contará con spots radiales y televisivos, el episcopado argentino ha decidido ir preparando el clima entre sus fieles para la que supone una agresiva ofensiva de “réprobos de todo pelaje y color que escudados en un falso humanitarismo pretenden confundir, debilitar y finalmente disgregar a las familias argentinas”.
He aquí y con carácter de primicia absoluta el primero de los testimonios que se dará publicidad:

Testimonio:
Siendo niña me interpuse sin quererlo en la trayectoria de un cenicero de bronce de dos kilos de peso que mi madre había lanzado a mi padre quién se hallaba semidesnudo en un sofá de dos cuerpos del living-room instruyendo sobre sus obligaciones venéreas a la nueva empleada hogareña.
Desperté bajo una especie de campana de vidrio conectada de manera diversa a distintos aparatos. Tenía entonces 39 años. Pesaba 35 kilos, medía 1’30 m, mis articulaciones tenían la flexibilidad de la cintura de Nelly Beltrán y mi masa muscular no hubiese alcanzado para alimentar a un hamster. Después de un año de intensos tratamientos de recuperación abandoné el sanatorio Adoratrices de un hilo de vida midiendo 1,32 m y pesando 84 kg tres días después de cumplir 40 años.
Debo mi vida a la lucha de la Iglesia Católica y sus instituciones sanitarias que de manera porfiada se opusieron a mi “desconexión” reiteradamente solicitada por supuestos organismos “humanitarios” y funcionarios de la Secretaría de Energía. Sobreviví milagrosamente a los cortes de luz programados en época de Alfonsín y a la crisis energética del 2007 así como a las reiteradas fallas en la central de Atucha y a la eventual falta de agua en Yaciretá.
Estaba huérfana, mis padres habían muerto en un duelo con tramontinas, sin medios materiales ni intelectuales (era analfabeta) para ganarme la vida, invadida por un odio visceral hacia los fumadores y llevando por único patrimonio el cariñoso mote que me habían puesto las enfermeras del sanatorio: Potucita.
Pero la Santa Madre Iglesia no me abandonó. Me consiguieron un trabajo al servicio del Padre Vergara, hombre de extraordinarias dotes, que se dedica al cuidado de niños carenciados de entre cinco y quince años en la parroquia de Villa Ortúzar. Además, de cuando en cuando, debo acompañar a alguna eminencia en teología a los programas de M. Grondona, J. Morales Solá y otros por el estilo para corroborar con mi presencia y testimonio que solo Dios es dueño de darnos y quitarnos la vida frente a los insidiosos pecadores que promueven la eutanasia y el aborto.
Una cierta angustia se apodera brevemente de mí cuando observo que el padre Vergara se sienta relajadamente en un sofá de la sacristía a dar lecciones de vida a algún jovencito necesitado de afecto y conocimientos, pero desde que saqué los pesados ceniceros que allí se encontraban ese sentimiento de aflicción ha disminuido. En fin, mi vida a empezado a los cuarenta y puedo decir que soy feliz.

Virginia L.

Clara Egg Zetkin para “El progreso” de Luján 24/10/08

Asaltar los cielos. De Camilo Torres a Adelir Antonio de Carli



Tan opuesto como el trayecto del cura volador brasileño Adelir Antonio de Carli respecto de su destino manifiesto (ver mapa), parece ser el derrotero de la militancia solidaria católica: de la Teología de la Liberación al minimalismo asistencialista.



De distinta manera Camilo y Adelir intentaron “asaltar los cielos”, ambos están muertos. Podría decirse que la “aventura guerrillera” del cura colombiano, como la de tantos otros sacerdotes que en las décadas del ’60 y ’70 vivieron y murieron “a sangre y fuego”, llevó por aquellos años a la muerte a miles de jóvenes, mientras que, la “aventura” del cura brasileño solo costó su propia vida. Pero también podría decirse, que el saldo luctuoso resulta proporcional a los objetivos de unos y otro, de la “Liberación Nacional y Social” a recaudar fondos para la construcción de un santuario para camioneros en la portuaria ciudad de Paranaguá. Algunos sostienen que de acuerdo al objetivo, este último caso tiene un costo mayor.
Otros paralelos maliciosos han resonado en algunos ámbitos periodísticos al comparar el alto grado de imprevisión de muchas de las acciones guerrilleras, al punto de motejarlas como producidas por “Armadas Brancaleone”, con los errores de Adelir, que contando con un sofisticado aparato GPS no sabía como utilizarlo y pedía instrucciones sobre su uso desde un celular cuya batería había olvidado recargar. Adelir también habría sucumbido en las aguas como tantos de sus colegas argentinos a mediados de los ’70. En cualquier caso la distancia que media entre la imprevisión y la estupidez lisa y llana parece ser la misma que media entre ser depositado suavemente sobre las aguas por los restos de globos cargados con helio en un viaje voluntario a ser lanzado desde las alturas para sumergirse, involuntaria y violentamente, con lastre cementoso en los pies.

Denuncia papal
Ayer el tema volvió a la palestra por la denuncia hecha por las autoridades vaticanas, a través de
L’Osservatore Romano, de que el cura volador habría sido víctima de un atentado provocado por “organizaciones terroristas de gays, lesbianas, travestis y otros subgéneros de pervertidos”. Infiltrados hábilmente como curas pederastas en el entorno de Adelir habrían untado con vaselina los globos del cura. Dice L’Osservatore: “Como bien saben estos recurrentes usuarios de condones, no pueden usarse como lubricantes derivados del petróleo como la vaselina, el aceite mineral o el aceite para niños porque degradan el látex”… “los globos hallados junto al cuerpo de nuestro mártir tenían restos de algún derivado petrolifero”. Consultadas sobre el tema, las autoridades de la prefectura de Río de Janeiro desestimaron la sospecha vaticana arguyendo que los globos habían sido contaminados ya que el occiso había sido encontrado y trasladado por el remolcador Anna Gabriela de la empresa Petrobrás.
Asimismo el vaticano reforzó su denuncia haciendo alusión al nombre de la localidad frente a la cual había sido hallado el cuerpo, a que varias FM alternativas anunciaran la noticia con el tema “Anos dourados” de Chico Buarque y a la proliferación de anagramas en los baños de Rio con el nombre del cura, como: Delira de Carli o el más sofisticado “I tie an odd collar in air”.
“Además, en círculos gays brasileños se recordó insidiosamente el suave descenso hecho el año pasado por una modelo lesbiana desde la terraza de las Torres Petronas en Kuala Lumpur munida, a modo de paracaídas, por un paraguas hecho con condones, justo el mismo día en que el cuerpo sin vida de Adelir fue hallado”, insistió L’Osservatore (ver foto).




Clara Egg Zetkin para “O jornal de Laranjeiras” 20/10/08