URGENTE: de nuestro corresponsal en Moscú.
Luego de la "caída del muro" y la política de glasnot, paso
a paso, lentamente, han ido cayendo uno a uno los mitos y secretos soviéticos.
Si bien el proceso es largo y aún continúa, cada día los estudios sobre el
pasado de la URSS nos depara novedades, tanto al interior de las ex repúblicas
soviéticas cuanto a nivel internacional.
Lentamente se han ido abriendo uno a uno los
distintos secretos de la otrora todopoderosa KGB, sin que podamos afirmar aún
hoy cuantos aún permanecen ocultos.
Hoy, investigadores del Instituto de Revisionismo Histórico
“Manuel Dorrego” (Sede Moscú) junto a sus pares de la Academia de Ciencias de Rusia
lograron, gracias a la colaboración del Servicio Federal de Seguridad de la
Federación Rusa (SFS), llegar a un viejo depósito en los Urales. Una simple construcción de hormigón blindado, con restos de haber tenido una fuerte seguridad perimetral, hoy inexistente.
Allí encontraron,
luego de descender por una escalera caracol de hierro, en el primer subsuelo,
un imponente archivo audiovisual de los últimos años de la URSS, constituido
por material poco y mal conocido. Luego
encontraron otra escalera descendente. En este segundo subsuelo, más material casi
inédito, ahora de la era del premier Krushchev.
Esperanzados volvieron a descender, por una y otra escalera,
a subsuelos cada vez más y más profundos. Llegando al séptimo y último subsuelo, maravillados contemplaron material sonoro, fotográfico y fílmico
recogido por la GPU, la antecesora de la KGB. Imponentes pilas de cintas de
sonido, filmes y cientos de enormes cajas con fotografías y correspondencia.
En el rincón más oscuro de ese último subsuelo, detrás de
una puerta de acero blindado, ornada con enormes remachas y custodiada por un
anciano se negó a decir su nombre pero
que no dejaba de repetir que era el hijo de Moiséi Uritski (director de la
checa de Petrogrado asesinado el 30 de agosto de 1918, el mismo día que atentaron
contra el propio Lenin). Con cara hosca y ante la requisitoria de los
investigadores, el anciano intentó franquearles el paso, pero dos fornidos
spetsnaz de la SFS lo condujeron amablemente a la enfermería…
Luego de abrir la pesada puerta se encontraron con una
enorme habitación con más cajas repletas de fotos. Pero las sorpresas parecían
no darles tregua a los investigadores. En esta habitación estaban los
originales de las más famosas fotos censuradas durante el estalinismo.
Las dudas de los investigadores argentinos dejó
paso a la de incredulidad, el estupor y, finalmente...
...el pánico, cuando se encontraron
con la foto que acompaña esta nota. Confirmada su autenticidad por
el experto en fotografía histórica, el franco-ruso Maximilian Rouletabille
Passarenko, no pudieron salir más de su asombro. Luego,
nuestros compatriotas comenzaron a temer por el impacto que estos originales podrían tener
en nuestro país, cosa que jamás habían esperado.
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Exclusivo: documento elaborado por el equipo de investigación
en los Urales
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La Polémica
A partir de estas nuevas evidencias, varios especialistas en
historia contemporánea han tenido que comenzar a reformular sus más arraigadas
convicciones sobre la relación entre la, entonces, naciente URSS y la Argentina.
La noticia es tan impactante que apenas conocidos los rumores,
ha producido una encarnizada disputa entre los historiadores que no se vivía
desde hace décadas. La pelea parece estar centrada entre los investigadores del
CONICET 4 (Consejo Internacional de Investigaciones Científicas Trotskistas) y
sus colegas del Congreso Extraordinario del CONICEST 3 (Consejo Inter nacional
de Investigaciones Científicas Stalinistas) apoyados por el Instituto Nacional
de Revisionismo Histórico Argentino e Hiberoamericano “Manuel Dorrego”.
En exclusiva Novedades de la Unión Soviética ha tenido
acceso, aún antes que muchos historiadores, a una copia de la que podríamos
definir como LA fotografía que han producido esta convulsión en los normalmente
apacibles claustros de los institutos de historia.
Como se puede observar claramente en la reproducción, hasta hoy se creyó que la
foto original era la superior y que la del medio era producto de la
manipulación estalinista en su intento por hacer desaparecer cualquier
referencia a Leon Bronstein (Trotsky).
Sin embargo la fotografía inferior, encontrada en el depósito
abandonado,
parece mostrar otra cosa: Stalin intentaba ocultar las vinculaciones con un
entonces muy joven y desconocido, para los argentinos, Juan Domingo Perón (quien ya mostraba su sonrisa gardeliana). Las
razones del ocultamiento han disparado las más diversas especulaciones.
Desde la acusación de fraude y nueva manipulación lanzada
por el CONICET 4 y varios (muchos) partidos y fracciones trotskistas (hemos
perdido la cuenta), hasta la afirmación del CE del CONICEST 3 que esto
demuestra que Perón cumplió un rol central en la expansión soviética y en la
amistad entre ambos pueblos. Desde el CONCET 4 afirman que esto es una burda
maniobra pergeñada por el Instituto Dorrego y los stalinistas para santificar
la posición actual del PC-CE.
Más allá de las polémicas, esta fotografía, estamos seguros, tendrá un
enorme impacto a nivel internacional, pero centralmente en la Argentina. Este
impacto se dará doble, uno a nivel de los estudios históricos y otro a nivel de
lo político, estallando como un misil RT-23 en nuestras playas.
Wilhem Pieck, para Все истории, Moscú