martes, 28 de abril de 2009

Listas testimoniales vs. Listas fantasmas

En un inédito gesto de audacia política la izquierda vernácula parece haber decidido redoblar la apuesta del gobierno nacional. Siguiendo la idea de presentar como candidatos a funcionarios "exitosos"que luego no asumirían sus cargos electivos, las distintas agrupaciones de izquierda presentarían, encabezando sus listas, a célebres izquierdistas muertos.
Si, como especulan algunos analistas "destituyentes", el gobierno nacional se encamina hacia una severa derrota, que incluso pondría en duda su continuidad, podría suceder que aquellos funcionarios se vieran "obligados" a asumir efectivamente sus cargos legislativos, de lo que resultaría una doble defraudación. Con está táctica, en cambio, las izquierdas aseguran que ninguno de sus primeros candidatos pueda asumir función vital alguna.
De todas maneras las dificultades para constituir estas Listas fantasmas tornan muy problemática su aplicación.
A la discusión de que "celebridades" deberían encabezar las listas subyace obviamente la de quienes asumirían efectivamente. Habría un principio de acuerdo para que esto se resolviera teniendo en cuenta los reultados obtenidos en las últimas elecciones pero la diáspora izquierdista no cuenta con ningún experto en cálculo infinitecimal.
En cuanto a la selección de fenecidos, la cosa es bastante complicada. Aquellos que por principios o táctica se oponen a presentarse a eleciones se niegan a prestar su patrimonio funerario. Es así que se torna dificultoso que "Roby"
Santucho encabece la lista de diputados por Sgo. del Estero .
En tanto los anarquistas no permitirían que los nombres de José "Facón Grande" Font, el "Gallego" Antonio Soto y Simón Radowitzky figuren en las boletas de Rio Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego respectivamente.
Habría si unánime acuerdo para que Agustín Tosco sea el primer candidato a diputado por Córdoba (sus herederos no se opondrían ya que Perón está muerto y se sabe que el "gringo" no le veía sentido a competir con el General).
Lo mismo sucedería en Santa Fe donde Ernesto "Che" Guevara es "número puesto".
En otras importantes jurisdicciones la cosa no está tan clara.
En la Capital Federal se impulsa la candidatura de Alfredo Palacios, su reformismo le juega en contra pero su gorilismo lo hace un candidato ideal para este distrito. Su postrero apoyo a la revolución cubana le lavaría un poco su mohoso y ridículo bigote haciendolo potable para los sectores revolucionarios. Además el hecho de haberse batido a duelo genera simpatía entre nostálgicos "fierreros".
Otra dificultad surge del hecho que, salvo un pequeño grupo de iniciados y memoriosos ancianos, poca gente tiene idea de quienes fueron estos "célebres" sujetos.
Tal el caso para aquellos que impulsan en San Luis la candidatura de Germán Avé Lallemant, introductor del ideario de Karl Marx en argentina, de Benito Marianetti en Mendoza, del escritor y poeta Luis Franco en Catamarca, y del precursor guerrillero Jorge Ricardo Masetti en Salta.
El caso de Horacio Quiroga en Misiones podría salvarse ya que al menos hasta hace un tiempo sus cuentos eran lectura obligatoria en las escuelas.
Más extravagante resultaría el intento de imponer a Giuseppe Garibaldi en Entre Rios, el hecho de ser el héroe de la independencia italiana le daría algún apoyo entre los nostálgicos de la "pampa gringa" pero la gente tiende a relacionarlo más con la porteña Plaza Italia donde otrora funcionaba como monumental referencia de las citas de las mucamas de Palermo y Barrio Norte con los colimbas.
Otros con el argumento de que a "esos viejos de mierda no los juna nadie", proponen en cambio a mártires más recientes de las luchas populares.
Tal el caso del maestro Carlos Fuentealba en Neuquén, "Maxi" Kosteki y Darío Santillán en Pcia. de Buenos Aires o alguno de los muertos por la represión aliancista el 20 de diciembre del 2001. Aquí la dificultad radica en que como piqueteros, cortadores de rutas y puentes y tirapiedras, no serían muy bien vistos por los sectores medios urbanos, sector clave para disputar el voto de las otras fuerzas opositoras al oficialismo.
Las dificultades de carácter legal saltan a la vista pero desde las fuerzas de izquierda se arguye ingenuamente que: "si pueden votar los muertos ¿por qué no podemos presentar candidatos de igual condición?
Para el filósofo León Rozitchner: "Esta es una muestra más de dos de las grandes discapacidades que mantienen a la izquierda argentina confinada a los márgenes de la política, el delirio sublimado en oportunismo y un paternalismo necrófilo que niega el papel de la madre como verdadera creadora de nuevas y mejores vidas".
En cambio el velezano Tomás Abraham expresó: "O hay una lectura equívoca de Espectros de Marx de J. Derrida o estamos frente a la clásica manía exegética del primer parrafo del Manifiesto Comunista".
De cualquier manera lo que parece un manotazo de ahogado ante las perspectivas de desaparecer electoralmente, tiene, felizmente para el buen nombre de los fallecidos, muy pocas posibilidades de llevarse a cabo.
"Igual no se iban a enterar", deslizó cinicamente un comunista disidente, pero, según confesó off the record un dirigente trotsquista, cuando en una de las reuniones alguien nombró a Victtorio Codovilla como posible candidato, un rayo caido del cielo partío la mesa de negociaciones e hizo caer los retratos de Marx, Engels y Lenin sobre las cabezas de los participantes.
¡Creer o reventar!
Horacio Verbatimsky para Pajineta 12, 28/04/2009

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