Evo en Viena bailando a Strauss. |
"La construcción de un oxígenoducto desde Siberia al Altiplano forma parte del plan estratégico de desarrollo que convertirá a Bolivia en una potencia industrial y militar de primer orden. El abastecimiento de oxígeno, tan escaso en el Altiplano, permitirá reducir el consumo interno de coca, liberando su producción para exportarla al Himalaya. Un enorme flujo de divisas, financiará el crecimiento de la economía boliviana a tasas superiores a las chinas. El turismo internacional se incrementará por la eliminación del apunamiento. Los emigrantes bolivianos volverán a su tierra a plantar limones, cítrico de valor estratégico, ya que su aporte de acidez es vital para mantener los estándares de cinismo del establishment mundial. Con el monopolio de estos recursos estratégicos en sus manos, ya nada detendrá el crecimiento de la economía boliviana, que con un par de planes quinquenales superará a Brasil convirtiendo a Bolivia en una potencia continental hostil. Consideramos que las viejas medidas de "cordón sanitario", "cuarentena", "bloqueo económico", "golpe de estado", "magnicidio" , "invasión", "misión humanitaria c/s daños colaterales", etc. deben ser evitadas. Tampoco sería conveniente insistir con el tema de la transferencia de tecnología nuclear rusa para la construcción de armas de destrucción masiva. La denuncia de instalación de bases de Caballitos de Totora nucleares en las chinampas del Titicaca sería poco creíble para la comunidad internacional y nos expondría al sarcasmo y la burla insidiosa de la izquierda y el populismo. Sugerimos entonces que nuestros aliados europeos, con la excepción de Austria, nieguen el uso de su espacio aéreo al avión presidencial boliviano. Nuestros amigos austríacos, con la misma hospitalidad que recibieron a Hitler, llevarán a Evo a visitar el Kunsthistorisches Museum, para luego no dejarlo salir aduciendo que forma parte de su colección de arte precolombino. Esto conducirá a una interminable disputa jurídica internacional parecida a la de los frisos del Partenón. Si este plan fracasa alentaremos a la FIFA y al COI para que, ya superado el problema de la falta de oxígeno en la altura, propongan a Bolivia como organizadora del Mundial de Fútbol y a La Paz como sede de las Olimpiadas de invierno y verano. Estos gastos minarán el presupuesto boliviano y seguramente nos permitirán desestabilizar al gobierno de Evo movilizando a las clases medias bolivianas con manifestaciones y disturbios dinamiteros contra el despilfarro y la corrupción"
Clara Egg Zetkin para Danubio Azul de Viena. 4 de julio de 2013
Clara Zetkin vuelve a confundirse. Si es que su relato puede llamarse un error. En realidad es un claro ejemplo de la sutileza de las redes de (des)información de la maquinaria propagandística estadounidense. El denominado "incidente" con el presidente plurinacionalista Evo Morales fue en verdad una cortina de humo para ocultar el secuestro de Víctor Evo Morales, espía oriental en Argentina quien, bajo su presunta tarea como comentarista deportivo-periodístico era parte de una vasta red (Los 33 Orientales) destinada a recabar datos sobre el plan del neofascismo retroprogresista kirchnerista para reavivar, a gran escala, el proyecto Pulqui II (que cuenta, valga aclarar, con la feroz oposición del gobernador de la provincia de Córdoba, quien insiste en querer re-reemplazar al Pulqui II con nuevas plantas automotrices). La intención de los servicios de inteligencia de los EEUU era aprovechar los numerosos viajes "culturales" del relator polideportivo (que coincidentemente lo llevaron por los mismos paisajes que al presidente plurinacional) pero entre pluralidades varias y cortes de cabello similares, perdieron el rastro del oriental y debieron armar una acción para distraer a las masas.
ResponderEliminarTan efectivo ha sido la maniobra que prácticamente nadie se ha dado por enterado de la desaparición de Víctor Evo Morales y del conveniente reemplazo del mismo por Víctor Hugo Morales, autor del notorio y denigrante pasquín Los Miserables, en su lugar.
Desde RDA, Christa Wolf