Segundo: Esta nota está escrita en primera persona, porque es así. Y por primera vez, y tal vez no sea la última, va "en serio".
Los editores
Recuerdo de Marcela Ester Franco
Conocí a Marcela E. Franco cuando yo tenía 17 años, empecé a salir con ella a los 18.
Noviamos durante 9 años. Apenas convivimos unos meses en su departamento del barrio “La Mosca”, en Avellaneda, antes de romper la relación a fines de 1987.
“Pachela” o “Pache”, como le decían todos menos yo, fue estudiante de teatro, profesora de francés, de historia, socialista, militante feminista y gremial. Tenía un extraordinario sentido del humor, supo escribir textos humorísticos exquisitos que ojalá tuviera conmigo para editar en este blog.
Integramos juntos El Bolo Alimenticio, grupo de pintadas callejeras, durante la “primavera democrática”; su frase más celebrada: “De chiquita me pajeo con una cruz ¿seré católica?”.
Una noche, mientras pintábamos en la calle Salta al 1100, Marcela vió como un “oso” fajaba a una mina; salió primera, sola, cruzó la avenida San Juan corriendo pese a los tacos, esquivando los autos que venían a mil y, petisa como era, enfrentó al grandote. Para entonces la golpeada “dormía” y los demás del grupo intentábamos alcanzar a Marcela sin darnos cuenta qué pasaba. Cuando llegamos tratamos de parar a la bestia con la ayuda de unas “patinadoras” que paraban en la vereda de enfrente, en el bar Laser. Logramos echar al tipo y con la víctima mormosa fuimos todos, “Bolo” y “patinadoras”, a la guardia del Ramos Mejía. El médico de la guardia insistía en dar parte a la policía a pesar de que la pobre mujer, ya consciente, le aclaró que era paraguaya indocumentada. Una vez que logramos ”convencer” al galeno de que "se quedara en el molde”, nos fuimos a la sala de espera. En medio de la excitación que las "patinadoras" provocaban en la muchachada del Bolo, Marcela comparó la situación con el novelón del momento, en el que Arnaldo André le pegaba a Luisa Kulliok, lo que generó unas carcajadas tales que nos terminaron echando del hospital. Las "chicas" se fueron a trabajar y nosotros a pintar en los alrededores .
Marcela era extrovertida, generosa, constante, trabajadora, irónica e inteligente. Dichosamente multiorgásmica, mantenía sesiones amorosas maratónicas. Tierna, dulce y demostrativa, me dijo el piropo más hermoso que recibí en mi vida. Me convirtió, a fuerza de amor y de entrega, en un tipo mejor. Si alguien me enseñó a detestar el egoísmo, el mío y el de los otros, fue ella.
Como saben los astrónomos, no necesariamente son las estrellas más cercanas las que más brillan, estrellas lejanas pero de mayor magnitud brindan más luz. Junto a algunos amores que le siguieron “es toda la fortuna de mi corazón”.
No me hago ilusiones, se que no va a saber de este escrito, a los ateos nos gustaría que ocurrieran milagros, pero... Esto es para las que la amaron y valoraron, en especial para Cristina, Hugo, Pablo y Alejandro (no se si es conveniente para Tatana). A las feministas como ella les dejamos un tema de Chico Buarque, cantautor que adoraba y por el que atravesó una repleta sala A-B del teatro San Martín para que le autografiara un libro con las letras de sus canciones.
Solo espero tener fuerza para no traicionarla ni traicionarme y seguir en esta inútil beligerancia contra la muerte. La quiero recordar joven y bella.
Amorosa, joven, bella y amada, así vive en mi.
Conocí a Marcela E. Franco cuando yo tenía 17 años, empecé a salir con ella a los 18.
Noviamos durante 9 años. Apenas convivimos unos meses en su departamento del barrio “La Mosca”, en Avellaneda, antes de romper la relación a fines de 1987.
“Pachela” o “Pache”, como le decían todos menos yo, fue estudiante de teatro, profesora de francés, de historia, socialista, militante feminista y gremial. Tenía un extraordinario sentido del humor, supo escribir textos humorísticos exquisitos que ojalá tuviera conmigo para editar en este blog.
Integramos juntos El Bolo Alimenticio, grupo de pintadas callejeras, durante la “primavera democrática”; su frase más celebrada: “De chiquita me pajeo con una cruz ¿seré católica?”.
Una noche, mientras pintábamos en la calle Salta al 1100, Marcela vió como un “oso” fajaba a una mina; salió primera, sola, cruzó la avenida San Juan corriendo pese a los tacos, esquivando los autos que venían a mil y, petisa como era, enfrentó al grandote. Para entonces la golpeada “dormía” y los demás del grupo intentábamos alcanzar a Marcela sin darnos cuenta qué pasaba. Cuando llegamos tratamos de parar a la bestia con la ayuda de unas “patinadoras” que paraban en la vereda de enfrente, en el bar Laser. Logramos echar al tipo y con la víctima mormosa fuimos todos, “Bolo” y “patinadoras”, a la guardia del Ramos Mejía. El médico de la guardia insistía en dar parte a la policía a pesar de que la pobre mujer, ya consciente, le aclaró que era paraguaya indocumentada. Una vez que logramos ”convencer” al galeno de que "se quedara en el molde”, nos fuimos a la sala de espera. En medio de la excitación que las "patinadoras" provocaban en la muchachada del Bolo, Marcela comparó la situación con el novelón del momento, en el que Arnaldo André le pegaba a Luisa Kulliok, lo que generó unas carcajadas tales que nos terminaron echando del hospital. Las "chicas" se fueron a trabajar y nosotros a pintar en los alrededores .
Marcela era extrovertida, generosa, constante, trabajadora, irónica e inteligente. Dichosamente multiorgásmica, mantenía sesiones amorosas maratónicas. Tierna, dulce y demostrativa, me dijo el piropo más hermoso que recibí en mi vida. Me convirtió, a fuerza de amor y de entrega, en un tipo mejor. Si alguien me enseñó a detestar el egoísmo, el mío y el de los otros, fue ella.
Como saben los astrónomos, no necesariamente son las estrellas más cercanas las que más brillan, estrellas lejanas pero de mayor magnitud brindan más luz. Junto a algunos amores que le siguieron “es toda la fortuna de mi corazón”.
No me hago ilusiones, se que no va a saber de este escrito, a los ateos nos gustaría que ocurrieran milagros, pero... Esto es para las que la amaron y valoraron, en especial para Cristina, Hugo, Pablo y Alejandro (no se si es conveniente para Tatana). A las feministas como ella les dejamos un tema de Chico Buarque, cantautor que adoraba y por el que atravesó una repleta sala A-B del teatro San Martín para que le autografiara un libro con las letras de sus canciones.
Solo espero tener fuerza para no traicionarla ni traicionarme y seguir en esta inútil beligerancia contra la muerte. La quiero recordar joven y bella.
Amorosa, joven, bella y amada, así vive en mi.
Guillermo Vivaldo, 06/03/2009
Guillermo: No se si aun esta en vigencia este blog y si leeras este mensaje.Es muy fuerte volver a ver a Marcela. No tenia fotos de ella. La recuerdo y la extraño mucho. Me parece verla siempre por la calle en Avellaneda. fuimos compañeros en una escuela secundaria y vecinos de la misma calle separados solo por una avenida. Hoy le contaria que soy cuentacuentos y seguro seguro que ella compartiria alguno de sus textos homoristicos. Un abrazo. Raul Cuevas avecuenta@yahoo.com.ar
ResponderEliminarGUILLERMO:DEFINITIVAMENTE Y AUNQUE TE REVIENTE,LO DE FEMINISTA Y MARXISTA NO EXISTE.SER FEMINISTA IMPLICA LA SUPREMACÍA DE UN GENERO SOBRE OTRO.HISTÓRICAMENTE HAN SIDO DOS MOVIMIENTOS ENFRENTADOS.A LA HORA DE LA HORA CADA MUJER VA A REIVINDICAR LA CLASE A LA QUE PERTENECE.LOS AUTÉNTICOS MARXISTAS(No hablo de las plagas Stalinistas,version rusa de la contrarrevolución),SIEMPRE HEMOS LUCHADO POR LA EMANCIPACIÓN DE LA MUJER(Por cierto es un cuadernillo de lenin que deberías leer,ése sí que fue más lejos que nadie en la reivindicación y la concesión de los derechos que se le concedió a las mujeres.Incluso ahora es más radical que muchas feministas)Y NOS OPONEMOS A CUALQUIERA QUE INTENTE DIVIDIR AL MOVIMIENTO OBRERO.LAS FEMINISTAS,LO QUE QUIEREN ES UNA MAYOR PARTICIPACIÓN EN LAS EMPRESAS,DERECHO A SER ELEGIDAS PAPISAS,A PARTICIPAR EN LOS LUGARES DONDE DE VERDAD SE COCINA EL PESCADO.EN FIN A TENER UNA MAYOR PARTICIPACIÓN EN LA EXPLOTACIÓN CAPITALISTA,CON SU CUOTAPARTE IDEOLÓGICA.ACASO,LAS DIRECTORAS DE EMPRESA,QUE GENERALMENTE SON FEMINISTAS VAN A ESCUCHAR LAS REIVINDICACIONES OBRERAS DE OTRAS MUJERES?DEFINITIVAMENTE,NO.ESO ES UN DATO DE LA REALIDAD QUE VOS PODÉS IR ANALIZANDO.SI VAS PARA ATRÁS EN LA HISTORIA DEL MOVIMIENTO FEMINISTA,VAS A VER QUE JOYITAS ERAN SUS ANTECESORAS.LAS FEMINISTAS NUNCA DEFENDIERON LOS DERECHOS DE TODAS LAS MUJERES.LEE LO QUE ESCRIBIERON ENGELS,LENIN,MARX Y BEBEL SOBRE LOS DERECHOS DE LA MUJER.SALUDOS DE UNA MARXISTA QUE NO ES FEMINISTA Y PIENSA QUE HOMBRES Y MUJERES TENEMOS EXACTAMENTE LOS MISMOS DERECHOS ANTE LA VIDA.ALICIA FERNÁNDEZ.
ResponderEliminarHay que ser una reverenda pelotuda, ni marxista ni feminista, ni nada, para leer este humilde homenaje a una mujer querida y entrañable como una toma de posición frente al marxismo o el feminismo.Recién leo esta basura de miope resentida (eso si, AUTENTICA). ¡Qué amargura! No te conozco pero espero que vivas rodeada de la misma mierda que escribís. Una verdadera maestra ciruela del sectarismo. Toda con P: Pedante y Pelotuda. Ojalá lo leas ¡Forra! y metete los saludos donde menos te guste. Guillermo Vivaldo
ResponderEliminarGuille: busco tu direx porque se me cayó la agenda electrónica en un charco virtual y se me desdibujaron todas las direcciones. en fin. Y encima caigo en esta lectura sobre la muerte de Marcela y hoy se murió Eric Hobsbawn, pero claro, el viejo tenía 95. otra cosa.
ResponderEliminarabrazo,
carlos
Los que la conocimos a Marcela no la olvidaremos jamas.
ResponderEliminarLa conocí como profesora de Historia alla por el 85 en la Escuela de Sol.
Gracias por estas paginas Guillermo.
Gracias a vos Victor, te debo haber visto alguna vez cuando la pasaba a buscar a Marcela por la Escuela del Sol. Abrazo, Guillermo.
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