Tan opuesto como el trayecto del cura volador brasileño Adelir Antonio de Carli respecto de su destino manifiesto (ver mapa), parece ser el derrotero de la militancia solidaria católica: de la Teología de la Liberación al minimalismo asistencialista.
De distinta manera Camilo y Adelir intentaron “asaltar los cielos”, ambos están muertos. Podría decirse que la “aventura guerrillera” del cura colombiano, como la de tantos otros sacerdotes que en las décadas del ’60 y ’70 vivieron y murieron “a sangre y fuego”, llevó por aquellos años a la muerte a miles de jóvenes, mientras que, la “aventura” del cura brasileño solo costó su propia vida. Pero también podría decirse, que el saldo luctuoso resulta proporcional a los objetivos de unos y otro, de la “Liberación Nacional y Social” a recaudar fondos para la construcción de un santuario para camioneros en la portuaria ciudad de Paranaguá. Algunos sostienen que de acuerdo al objetivo, este último caso tiene un costo mayor.
Otros paralelos maliciosos han resonado en algunos ámbitos periodísticos al comparar el alto grado de imprevisión de muchas de las acciones guerrilleras, al punto de motejarlas como producidas por “Armadas Brancaleone”, con los errores de Adelir, que contando con un sofisticado aparato GPS no sabía como utilizarlo y pedía instrucciones sobre su uso desde un celular cuya batería había olvidado recargar. Adelir también habría sucumbido en las aguas como tantos de sus colegas argentinos a mediados de los ’70. En cualquier caso la distancia que media entre la imprevisión y la estupidez lisa y llana parece ser la misma que media entre ser depositado suavemente sobre las aguas por los restos de globos cargados con helio en un viaje voluntario a ser lanzado desde las alturas para sumergirse, involuntaria y violentamente, con lastre cementoso en los pies.
Denuncia papal
Ayer el tema volvió a la palestra por la denuncia hecha por las autoridades vaticanas, a través de
L’Osservatore Romano, de que el cura volador habría sido víctima de un atentado provocado por “organizaciones terroristas de gays, lesbianas, travestis y otros subgéneros de pervertidos”. Infiltrados hábilmente como curas pederastas en el entorno de Adelir habrían untado con vaselina los globos del cura. Dice L’Osservatore: “Como bien saben estos recurrentes usuarios de condones, no pueden usarse como lubricantes derivados del petróleo como la vaselina, el aceite mineral o el aceite para niños porque degradan el látex”… “los globos hallados junto al cuerpo de nuestro mártir tenían restos de algún derivado petrolifero”. Consultadas sobre el tema, las autoridades de la prefectura de Río de Janeiro desestimaron la sospecha vaticana arguyendo que los globos habían sido contaminados ya que el occiso había sido encontrado y trasladado por el remolcador Anna Gabriela de la empresa Petrobrás.
Asimismo el vaticano reforzó su denuncia haciendo alusión al nombre de la localidad frente a la cual había sido hallado el cuerpo, a que varias FM alternativas anunciaran la noticia con el tema “Anos dourados” de Chico Buarque y a la proliferación de anagramas en los baños de Rio con el nombre del cura, como: Delira de Carli o el más sofisticado “I tie an odd collar in air”.
“Además, en círculos gays brasileños se recordó insidiosamente el suave descenso hecho el año pasado por una modelo lesbiana desde la terraza de las Torres Petronas en Kuala Lumpur munida, a modo de paracaídas, por un paraguas hecho con condones, justo el mismo día en que el cuerpo sin vida de Adelir fue hallado”, insistió L’Osservatore (ver foto).
Clara Egg Zetkin para “O jornal de Laranjeiras” 20/10/08
Que vergüenza! Que feo burlarse del pobre cura que le pifió en el cálculo global...
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