Desde el balcón de la embajada de Brasil en Tegucigalpa, el depuesto presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya Rosales, agradeció a la "juventud maravillosa" y a las "formaciones especiales" el haber posibilitado su retorno. Con evidentes huellas de cansancio se retiró hacia el interior de la embajada pero ante el pedido de la muchedumbre se asomó nuevamente al balcón y dijo en tono de sorna: "Muchachos todavía no me saqué los botines". En una tercera salida rogó: "¡Qué se calle el del bombo!". ¡Ampliaremos!
Clara Egg Zetkin para el "Avión negro" de Tegucigalpa 21/09/2009
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Querida Clara. He leído con mucho interes su breve cronica de los hechos. Que emoción que la historia se repita en manos de un líder popular (que aún las conserva) en un país de tanto predicamento para el destino latinoamericano.
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