Reunión del G-8
Mientras Berlusconi se dedicaba a contar chistes verdes entre los veraneantes del camping de L' Aquila y prometía la organización de una orgía nocturna con modelos traidas de Milán una vez concluidas las ceremonias y reuniones oficiales, el presidente Obama daba una inequívoca señal de la que sería su posterior propuesta en la Santa Sede.
Crisis capitalista
El G-8, que por las expresiones en la foto de Sarkozy y Obama debería mantener el nombre de G-7, trató acerca de la ayuda a los países africanos, de incluir al G-5 para llegar al G-14, y de la necesidad de potenciar la próxima reunión del G-20 en Pittsburg, EEUU para "establecer nuevas normas a fin de regular los mercados financieros, poner en vereda a los super managers del capitalismo y dotar de nuevos fondos y mecanismos de financiamiento al FMI y al Banco Mundial"(Clarín dixit).
Mientras "supremos" organismos de gobierno regional y mundial como la OEA y la ONU manifiestan su impotencia para poner en caja a los golpistas de la poderosa Honduras, los distintos foros "G" se aprestan a tomar medidas de salvataje para el capitalismo en crisis. Mientras tanto, los capitalistas de carne y hueso toman sus medidas: baja de salarios, despidos y apropiación de los recursos financieros de los estados.
Mesa chica
Integrada por Berlusconi, Sarkozi y Obama se dedicó al tema del calentamiento global, puntualmente a como negociar con Lula la entrega del orto de Mayara Tavares, integrante de la comitiva brasileña. Berlusconi propuso integrarla a una partuza (seguramente para darla luego a publicidad y así seguir aumentando su caudal electoral ). Sarkozy, pidió una revancha para el prestigio del charme français, después del papelón en el affaire Betancourt. Obama dijo que él "habia relojeado primero ese orto", que compartía el origen afro con la joven (?) y que además, por ser negro, "la tenía más grande". No hubo acuerdo, lo que dio inicio a negociaciones bilaterales con un Lula hace años alejado de las denuncias contra la penetración imperialista. ¿Adivinen quién ganó?
En la Santa Sede
Un Obama satisfecho y relajado se reuníó durante cuarenta minutos con Benedicto XVI. Allí el mandatario estadounidense, que en varias a oportunidades se declaró a favor del aborto y de la investigación con embriones y células madres, propuso una solución de compromiso para limar asperezas en la hasta ahora ríspida relación con el Vaticano. Seguramente inspirado por el trasero de Mayara, prometió al Papa disminuir la cantidad de abortos en los Estados Unidos lanzando una campaña nacional con el slogan :
¡No al aborto, coja por el orto!
Clara Egg Zetkin para El Terremonto de L'Aquila 18/07/2009
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